La tendencia se está imponiendo: reciclar objetos decorativos se utiliza cada vez más. Es que siempre podemos darle una segunda vida a los elementos que nosotros pensamos que cumplieron su ciclo. Nada se tira, todo se renueva.
Para renovar un objeto debemos considerar dos cosas: respetar la esencia del material para que no pierda su identidad y usar la imaginación para otorgarle funciones distintas a las que tenía originalmente: revivir ese elemento.

A las sillas podemos cambiarle la funda, pero con estilo. Juguemos con los colores o los estampados pero acorde a cada silla. También podemos optar por darles una refrescada aplicando una mano de pintura del color que mejor combine con el ambiente en el que se encuentren.

Podemos cambiar la apariencia de una lámpara restaurando solo el tapizado de la pantalla o colocándole apliques que nos agraden.
Para empapelar una puerta o una pequeña pared, antiguas fotografías, periódicos o revistas, servirán y lograrán un gran efecto. Para los dormitorios de nuestros niños podemos recurrir a dibujos hechos por ellos mismos.

Si retapizamos y pintamos una vieja maleta o un baúl antiguo, podemos convertirlos en un bonito objeto de decoración. Podemos utilizarlos como lugar de guardado, revistero o tal vez, en una mesa baja o en un cómodo asiento con algunos cojines.

Recurriendo a colores llamativos, a las latas y los baldes los podemos convertir en maceteros. También podemos utilizarlos para guardar herramientas en el garage o pinceles y lápices para el estudio.

Reciclar es divertido y es una buena opción para ahorrar dinero y reutilizar objetos en desuso.

Escrito por Cecilia Favier de Decocasa

Fuente Imágenes: Apartment Therapy, Woo Manualidades, Vuelve a lo natural, Cristina Mella