Su facilidad para combinarse con otros colores lo convierte en uno de los más utilizados. Y si fuese poco, su amplia gama nos permite elegir el que más nos agrade entre infinidad de opciones.

El azul integra los colores fríos; de hecho es el más frío de todos. Se lo reconoce por ser calmo, tranquilo y elegante. Cualquier ambiente pintado de este color dará la sensación de ser más grande y espacioso por su efecto de retroceso, ideal para habitaciones pequeñas.

En dormitorios se luce muy bien. Creará una atmósfera serena y quedará realmente delicado.
Al cuarto de baño le sentará perfectamente por su asociación con el agua.
Para la cocina o el comedor no es un color recomendable ya que su capacidad de relajarnos puede producir alteraciones en el apetito.
En el resto de los ambientes también puede utilizarse pero solo en los accesorios o combinados con otros colores ya que puede ocasionar una sensación extrema de frialdad.

Como dijimos, los azules son muy combinables, tanto con otros colores, como entre ellos mismos. Por lo general los azules pálidos o turquesas combinarán bien con los amarillos, marrones o naranjas.
El azul marino u oscuro se destacará con rojos, rosas, naranjas y blancos.
En su tono más brillante se conjugará mejor con el blanco, el dorado, el amarillo, el beige y los verdes de tono medio. Elegiremos la combinación más adecuada en base a la función del espacio.

Podemos afirmar con certeza y sin dudar, que el color azul es una apuesta sobre seguro siempre.

Escrito por Cecilia Favier de Decocasa

Fuente Imágenes: Decora Interiores, DecoActual, Decoración de Interiores, The style files