Tradicionalmente las fuentes de agua interiores han sido reservadas para grandes hoteles, spas o empresas importantes. Pero ya no son lujos exclusivos de estos lugares. Podemos tener nuestra propia fuente dentro de casa, porque no sólo son accesibles, sino que además, existen tantos estilos, que podemos combinarlos con cualquier tipo de decoración.

Fundamentalmente existen tres tipos de fuentes que podemos escoger. Existen las fuentes que pueden ser colocadas sobre una mesa, escritorio, aparador u otra superficie. Que sean pequeñas no significa que causen un impacto menor: como cualquier otro elemento decorativo, si se coloca en el lugar adecuado, se llevará todas las miradas. A pesar del tamaño, el agua puede brindar también un sonido relajante.

Las fuentes de piso claramente son más grandes que las de mesa. Dado que sus dimensiones verticales son mayores que las horizontales, le otorgan al espacio donde estén ubicadas una mayor sensación de altura.

Las fuentes empotradas se convierten en el punto más importante de la decoración. Son las más difíciles de instalar, pero aún así resultan las más imponentes.

Colocar una fuente en casa nos ofrecerá un ambiente de armonía y tranquilidad. Sólo tenemos que encontrar la que mejor encaje con nuestra decoración y dejarnos llevar por su murmullo.

Escrito por Cecilia Favier de Decocasa

Fuente Imágenes: DecoNovo; Pasión Deco, Arquitectura de casas