Muchas veces por falta de espacio debemos optar entre un sofá y una cama e inteligentemente elegimos la cama que pasa a cumplir casi por obligación la función de sofá. Pero,  ¿de qué manera podemos disimularla durante el día?

Principalmente es muy importante que esté apoyada contra una pared, ya que si tiene pasillos a los lados no podremos fingir que es un sofá de ninguna manera.
Una forma de dar uniformidad y a su vez proteger la ropa de cama y las almohadas, es utilizando fundas que ocuparían el lugar de un tapizado, quedando las almohadas como cojines.

Para disimular que es una cama y por lo tanto no tiene respaldo, podemos pintar la pared del mismo tono que la funda así los colores se fusionan y la diferencia no es tan notable.
Otra opción, si la cama no tiene cabecera incorporada,  es colocar un respaldo de madera, que puede ser reciclado de alguna cama antigua, hecho por nosotros mismos o por profesionales y fijarlo a la pared. Una forma visual de recrearlo es hacerlo con pintura o con vinilos decorativos.

No nos olvidemos de agregar una buena cantidad de cojines de diferentes formas, colores y texturas y seguramente podremos disimular la cama bastante bien.

Escrito por Cecilia Favier de Decocasa

Fuente Imágenes: Decora Hoy